- 04 Jul
Baños Árabes y SPA, una cultura milenaria
Los centros Spa no son un concepto de actualidad, sino que nos tenemos que remontar a los tiempos del imperio romano.
Nuestros antepasados latinos utilizaban los efectos beneficiosos del agua para curarse en las llamadas termas romanas, de ahí surgió la frase “salute per aqua”; ya que veían en el agua un medio de salud, de equilibrio mental, de curación. De las siglas de esta frase, surgió la palabra que hoy conocemos como Spa.Hoy en día estas siglas se han reinventado, puesto que para la gente son un concepto de relajación, bienestar, equilibrio, tranquilidad, belleza; en definitiva, salud. Son centros a los que acude la gente para sentirse bien por dentro y por fuera, ya que no solo encontramos los beneficios del agua, sino que también podemos contar con tratamientos estéticos, masajes y medidas preventivas para la salud y bienestar entre otros.
¿De dónde viene el término spa?
No existe un consenso claro para saber exactamente de donde proviene el término «Spa». Algunos estudios desvelan que puede proceder de la expresión latina «Salus per Aqua» o sea «salud a traves del agua» sin embargo, la opción más plausible es que «Spa» tiene sus orígenes en la ciudad belga, del mismo nombre, que comenzó la tradición moderna de lo que hoy conocemos por spa.
En el corazón de las Ardenas en Bélgica hay una ciudad llamada Spa, con unas famosas termas de fuentes minerales de gran pureza que se benefician de un fenómeno geológico excepcional. Durante el S.XVI, gracias a sus propiedades excepcionales, las aguas “Eau thermale spa™” Maria-Henriette fueron reconocidas científicamente por sus propiedades terapéuticas.
El uso de las aguas con fines terapéuticos se remonta a las civilizaciones, Asiria, sumeria, egipcia, proto-indias y posteriormente entre japoneses, griegos y romanos. Todos ellos conocían sus propiedades para reducir la fatiga, facilitar la penetración de componentes activos y devolver la armonía a cuerpo y espíritu. Spa pretende retomar el enfoque holístico de la terapia tradicional con más de 6300 años, que no aspira a curar la enfermedad, si no prevenirla y evitarla manteniendo la salud.